Lampreta
fluviatitu, petramyzón Marinus. Bueno, en román palatino lamprea de río,
uno de los seres vivos menos evolucionados y con una antigüedad estimada
de seiscientos millones de años.
Era muy abundante en la época de la dominación romana y sabemos de
sus famosos banquetes en los que nunca faltaba este feo pero exquisito pescado.
Todavía más: algunas crónicas relatan que un emperador romano asistía a estos
banquetes en los que de fondo se oían lamentos de los esclavos que eran arrojados a la
piscina llena de hambrientas lampreas.
Un animal muy viajero
Será bien que antes de entrar en el tema aclaremos
algo sobre su ciclo vital. En los primeros meses del año sube río arriba en
busca de un lugar propicio para desove. Deposita sobre fondo arenoso hasta
doscientos mil huevos y a continuación muere o es devorada por otras especies.
Los alevines, después de su eclosión, permanecen en el río hasta tres años. Parten hacia el Atlántico; se alimentan absorbiendo mediante su ventosa, sangre y fluidos de otros peces, incluso de ballenas. A los cuatro años inician otro ciclo vital río arriba.
Los alevines, después de su eclosión, permanecen en el río hasta tres años. Parten hacia el Atlántico; se alimentan absorbiendo mediante su ventosa, sangre y fluidos de otros peces, incluso de ballenas. A los cuatro años inician otro ciclo vital río arriba.
La pesca de la lamprea
Pero este relato pretende entrar en este mundo de la pesca de la lamprea
en su versión y aplicación culinaria. Acotemos asimismo esta información
a un tramo del río Ulla que discurre por los ayuntamientos de Padrón y A
Estrada.
Su captura es sencilla: se colocan nasas en las pesqueiras, construcciones muchas de ellas de época romana, y
caen en estas artes en su camino hacia
el desove.
Un plato con sabor y carácter
Cualquiera que sea su preparación culinaria da lugar a
un manjar con una sensación olorosa y gustativa tan intensa que desborda todo
cuanto se pueda decir de olores y sabores. Citaremos sólo dos variedades
gastronómicas: lamprea guisada y lamprea empanada. Se incluyen muestras
gráficas de ambas.
Recreémonos en la foto de la lamprea empanada. Además de ser una delicia
para la vista, póngale usted imaginación, paciente lector, y goce de su
olorosa fragancia y riquísimo sabor. Su elaboración es además
de una calidad artística extraordinaria; enhorabuena, panadera.
El señor Camilo José Cela
Alrededor de este mundo de su pesca y cocinado surgen multitud de anécdotas.
Citaremos solo una: década de los años 50/60 del pasado siglo. Nuestro Nóbel
Camilo José Cela descansaba en su anual visita en su tierra natal, Iria
Flavia. Allí gozaba del sabor de la empanada de lamprea que le preparaba mi tía
Dolores Casal. Ambos estaban ligados por cierta relación de
parentesco: el marido de mi tía era “hermano de leche” del escritor. La madre
de la tía Dolores amamantó a los dos críos
y este obsequio anual les servía para reforzar parentesco.
Pasado
el tiempo y no se saben los motivos Camilo José Cela le pide que para el próximo
año la empanada sea de anguilas, no de sabrosas lampreas. Y sabiendo el aprecio
que los amigos y vecinos de la zona le tienen a él y el orgullo por su empanada,
le pide discreción.
Y así en el futuro siguió obsequiando a su
“cuñado” con sus sabrosas empanadas de…anguilas.
La lamprea es uno de los productos más singulares del río Ulla y, como no podía ser de otro modo, sus aspectos culinarios no podían ser menos. Ahora que estamos en plena campaña es el momento de degustar esta delicia. Estupendo post Juan Fernández Casal!
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