Bueno, este vocablo de
picapedrero no define exactamente el significado del trabajo que realizaban los
ganaderos de mi relato. Sobre la marcha lo iremos aclarando y precisando.
Datamos estas escenas a mediados del pasado siglo y la ubicamos en
un aldea de alta montaña de la Galicia
Interior. Pueblo de pastores y ganaderos casi como única
actividad.
El verano
Durante el verano unos pocos cientos de ovejas y unos pocos menos cientos de vacas salen cada
mañana hacia el monte. Allí pacen
libremente y retornan para sus establos al atardecer, antes de que
la noche caiga sobre el poblado.
Durante estos meses la hierba
es abundante y estos animales pacen hasta que se hartan. Los numerosos manantiales de agua
completan su alimentación y con estos abundantes recursos la cabaña de
ovejas y vacas se mantiene y progresa sin dificultad.
El invierno
Otro panorama se presenta en
los meses del más crudo invierno. Las intensas nevadas cubren totalmente los pastos
y las temperaturas con valores de muchos grados bajo cero, impiden la salida de
las reses al monte quedando estabuladas
durante largas temporadas.
El heno que se había segado durante el verano y la
paja de centeno abastecen las necesidades alimentarias del ganado pero no hay
suministro cercano de agua, especialmente para las vacas. La fuente y pozo
contiguo estaban alejados de los establos.
Dado que el agua no podía
llegar hasta el ganado, es el ganado el que va cada mañana hasta la fuente para
abrevar y regresar de nuevo hacia su
establo.
Estas
escenas del continuo paso de animales por cerca de mi casa son la que pretendo recordar aquí. Los caminos sirven de paso a personas, animales,
carros de vacas y a las aguas de las abundantes lluvias. Pero no son precisamente caminos fáciles. Fuertes
pendientes de resbaladiza piedra y
grandes charcos de agua invaden gran parte de la calzada.
Abriendo caminos en el hielo
Durante el invierno estas balsas de agua se congelan
y se cubren con una gruesa capa de hielo; situación que impide el caminar de estos animales con el riesgo de peligrosos
resbalones y caídas.
Estos
sufridos ganaderos solucionan el
problema preparando con anterioridad el
camino.
Al amanecer, antes de la salida del ganado, se
desplazan al abrevadero un grupo de hombres armados con picos y van desmenuzando esta capa superior para así
romperesta deslizante superficie. Preparado ya el terreno empiezan a salir en
fila india todas las vacas desde sus establos hacía la fuente próxima. Se mueven en fila, nerviosas, asentando sus pezuñas en el camino abierto en el hielo para evitar
resbalones. Otra fila de animales regresa al establo después de abrevar.
Gracias Juan, nos has hecho vivir en primera persona una forma de ver la vida ya desaparecida pero que nadie debería olvidar. Feliz Semana!
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