Reflexiones
Después de
más 70 relatos escritos quiero hacer una pausa. Una pequeña reflexión. Una parada en el camino antes de continuar con más historias de este viaje en el tiempo que es el blog "Todo pasa, todo fluye".
Durante
cuarenta y cinco años estuve integrado
en el mundo de la enseñanza y a este mundo dediqué todos mis esfuerzos en jornadas
de trabajo que con frecuencia de nueve horas diarias.
El tiempo discurría a otro ritmo
Como era habitual
en aquellos años la labor de maestro conllevaba traslados. Cinco veces cambié
mi lugar de residencia. Todas ellas en lugares de la geografía rural gallega en
donde la vida se mide de una manera diferente y el tiempo transcurre a otro
ritmo.
Además de
las horas diarias que dedicaba a la enseñanza aún disponía de tiempo para
dedicar a la familia, al trato con los vecinos y de recoger por escrito estas
experiencias. Para que nuestros descendientes, por estos relatos, reconozcan
nuestras antiguas maneras y modos de
vida.
De ellos aprendí a ser reflexivo
En mis horas libres me gustaba mucho hablar con las gentes, escuchar sus penas, sus alegrías, sus historias reales o imaginarias. En mi cabeza toda esta información iba componiendo una historia, una película viva de cada lugar.
De ellos aprendí a ser reflexivo, aprendí
también a darle valor real al tiempo. A entender su punto de vista sin perder
el mío. A respetar sus opiniones y actitudes. Y sobre todo a comprender que el
ser humano, sean cuales sean sus circunstancias vitales, está ahí.
De todo ello quiero dejar constancia escrita en estos relatos
Me admiraba que, con los poquísimos medios de vida, eran a su manera felices, creaban familia y la especie humana seguía desarrollándose como en otras partes. Cuando España cayó en profunda crisis económica, mucha gente joven emigró a otros países europeos más prósperos. Nunca dejó de admirarme esa enorme capacidad de adaptación, ese salto en el vacío que suponía para ellos partir de una pequeña aldea de la montaña Ourense y llegar a una populosa ciudad de Francia, Alemania, Inglaterra...
De todo ello
quiero dejar constancia escrita en estos relatos. Me defino como un maestro que,
como espectador, va narrando lo que acontece en su entorno. Quiero recoger
estas vivencias de los años 50/60 del pasado siglo para que las actuales
generaciones sepan de los sacrificios y modos de vivir de sus ancestros.