sábado, 16 de enero de 2016

El Alfolí de Rentas Estancadas del Tabaco

Pontecesures villa industrial

Pontecesures fue siempre una próspera e industrial villa debido a su excelente situación geográfica y a la actividad de sus gentes. Disfrutaba de una excelente situación geográfica con un importante nudo de comunicaciones.

El río Ulla navegable hasta la villa, línea de ferrocarril con estación de parada, carretera general que la unía con Santiago, Pontevedra, Villagarcía y A Estrada hacían de este pueblo la principal vía de transporte.

Tal era su importancia que desde el año 1467 era el único puerto autorizado para la descarga de sal.

Alfolí de Rentas Estancada, Pontecesures 1.795

En el año 1.795 se construyó un inmenso edificio de piedra con trazas de estilo barroco, con escudo borbónico al frente, llamado Alfolí de Rentas Estancadas del Tabaco.


Más adelante, apoyado en que era el único puerto autorizado para la descarga de la sal, se usó este edificio para almacén y distribuidor de este producto.

Pero nosotros sólo pretendemos  recobrar a modo de anécdotas los recuerdos de los años que estamos analizando en este trabajo y con este objeto queremos relatar las faenas de la descarga de la sal desde los muelles hasta el almacén.

Pontecesures, puerto fluvial

La sal llegaba a Pontecesures por vía fluvial en barcos de vela de unas veinte toneladas de carga procedente de los grandes cargueros que fondeaban en Vilagarcía y que no podían entrar en esta villa por falta de calado del río Ulla.

                            Galeón "Nova Sofia". Archivo de la Asociación "A Rabandeira"

El trayecto desde el muelle hasta el almacén se hacía por medio de tinas de unos veinticinco kg portadas a la cabeza por mujeres cesureñas. Unas 40/50 mujeres, muchas de ellas menores de edad, hacían el recorrido desde el muelle, pasaban por delante de la casa de Loureiro, atravesaban la vía del tren y vaciaban su contenido en el alfolí. Y así, caminaban con la tina vacía hacia el muelle y cargada a la vuelta.

A veces la descarga duraba dos o tres días. Las porteadoras ganando un mísero jornal pero en aquellos tiempos no había donde ganar una peseta. Al final de la descarga, estas mujeres quedaban muy afectadas de la columna y las hernias discales eran muy frecuentes en aquella época entre estas obreras de la sal.



Como curiosidad también quiero reseñar que además de depósito de sal y de tabaco, hace unos ochenta años se dedicaban en este alfolí a refinar azúcar que entraba allí en forma de melaza cristalina. Este información se la debo a una cesureña que cuando pasaban por delante de la factoría, camino de la escuela graduada por A Portiña, le pedían a los obreros un pedazo de caramelo o lo cogían cuando caía algún pedazo en su transporte.

También tenemos muy presente en nuestro recuerdo aquel nogal que nacía dentro de la finca de doña Carmen Domínguez cuando empezaba el curso en septiembre y las nueces iban cayendo del árbol. Nueces todavía muy verdes y amargas. A esa edad todo nos sabía bien y si era fruta robada, todavía mejor.



1 comentario:

  1. De niño acompañaba al abuelo a despachar sal a la factoría , él me dejaba llevar la enorme llave de las puertas originales ... , luego se ponía los guantes y paleaba pulcramente la sal en la medida de quintal...la cliente , la pasaba a un saco , la pagaba y se la echaba a la cabeza...el abuelo se lavaba las manos al llegar a casa... removíamos el brasero y esperábamos en la camilla , bajo el reloj de péndulo...una de las cuestiones importantes era si el que cantaba era mirlo o ruiseñor

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